Ahí estaba yo. Acomodándolo todo en mi vida. Memorizando los lugares. Llena de sonrisas e ilusiones. Siguiéndolo con los ojos cerrados, sin temer al dar un paso. Recibiendo sus palabra sin antes filtrarlas, sin estudiarlas. Sólo viviendo al máximo, y tomando todo de él para guardarlo en mi caja de cosas especiales. Abriendo mi corazón sin esconderle nada. Mostrandole lo que soy.
Y ahí está él. En el quinto infierno, o quién sabe dónde. Dejando atrás todos mis sentimientos. Pensando no sé en qué. Guardandose sus explicaciones. Y cegado por su orgullo, siguió sin decirme motivo alguno. Dejandome con las palabras en la boca. Mientras nisiquiera dio la vuelta para mirarme, y decirme un simple chau…
quien no tiene una cajita de cosas especiales, ami me encanta guardar y coleccionar recuerdos , aveces algunos tristes por q son cosas q ya no estan gente q se va de tu vida. linod blog Pasate
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