Del mismo dolor vendrá un nuevo amanecer dice la canción. Y es así, hasta que no lo sueltes, hasta que no le digas adiós a eso que ya cumplió su función en tu vida no vas a sanarte.
El ritual de dejar ir es muy difícil, es con paciencia, con tranquilidad, con positivismo, con esfuerzo. Va a estar lleno de falsas alarmas, de recaídas, pero un día estás ahí, con el alma llena, sin extrañar eso que ya no te hace falta, porque no se extraña algo que ya no sirve.
Y puede que lo haya escrito millones de veces, y lo escribiré millones de veces más si es que me hace falta.
Poder decir adiós es crecer.
Poder decir adiós es crecer.