
Me viene a la cabeza todo lo del día, y no quiero pensar.
Quiero despertar, y que sea mañana.
A la noche lloro en mi cama. Sin un motivo.
Mi optimismo desaparece en la oscuridad, pero la esperanza se refleja en la ventana.
Miedo a la noche. Miedo a pensar. Miedo a encontrarme conmigo. Miedo a ser mi enemigo.
El ventilador alivia el silencio, y hace el aire menos espeso.
Dos horas pasaron, y sigo mirando el reloj...
MIERDA, ¿A QUÉ HORA SALE EL SOL?
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